EL CAMINO A LA VERDAD Y A LA VIDATodos los días, cuando nos despertamos, nos encontramos con bifurcaciones que nos impulsan a elegir qué dirección tomaremos para satisfacer nuestros intereses más sutiles, a menos que nuestra agenda ya haya preestablecido los primeros pasos.Aún así, siempre queriendo hacer lo mejor, nuestras elecciones parecen triunfantes para ponernos en control y llevarnos a otro tenedor: derecha o izquierda, arriba o abajo, rápido o lento, etc…Permítanme sugerir, con todo el amor que soy capaz de hacer, que en este momento particular debemos reflexionar sobre los acontecimientos inmediatamente anteriores, analizarlos con gracia y gracia y considerarlos los tesoros más ricos que se nos han otorgado… Ese es el camino…¡Toda la gente de este mundo tiene razón! Las versiones, explicaciones, puntos de vista y análisis están confusos, de acuerdo con intereses particulares y siempre hay una respuesta convincente para que la rueda de la vida siga avanzando.Tenemos nuestras opiniones, que a veces nos entristecen y a veces nos animan, pero nuestras opiniones son, por regla general, pasajeros nexos que en el conteo de la eternidad se disuelven como helados dulces o agridulces, no dejan rastros ni recuerdos…Pilato habría cuestionado la verdad y la respuesta sería:“Es el hombre que está cara a cara contigo”!Creo que, pronto…, ¡yo existo! Ser o no ser…, ¡esa es la cuestión! Conócete a ti mismo…Caos…, ¡inexistencia! Sin oscuridad… sin luz…De repente, el Espíritu Divino se cierne sobre los abismos inexorables, ininteligibles e inimaginables, y el verbo se hace milagrosamente materia y decreta imperativamente: Que haya luz, que haya oscuridad, que haya vida…Hover…, move…, here’s life!